Feijoo se compromete a poner el cartel de "se vende" al Audi de Touriño y a viajar "en un Citroën" toda la legislatura
"Ya se ve la costa". Con optimismo. Así empezó el líder del PPdeG y candidato a las autonómicas del 1 de marzo, Alberto Núñez Feijoo, su apasionada intervención en Vigo en el que echó mano de su experiencia como gestor, de sus principios "sólidos e invariables" y de cultura cinéfila -con '300', el film dirigido por Zack Snyder, por bandera- para postularse como presidenciable.
Arropado por varios dirigentes de su partido y ante un auditorio de 5.000 personas --muchos se desplazaron en autobuses desde localidades próximas-- que le dieron la bienvenida a gritos de '¡presidente, presidente!', Núñez Feijoo reconoció que su partido ha hecho "una larga travesía, difícil, y con poca tripulación" pero se mostró convencido, a dos días de las elecciones, de que obtendrá la mayoría y gobernará Galicia.
Tocaron las críticas de rigor al bipartito. Lo demás fueron promesas a cumplir a partir del 2 de marzo. "Me pondré a trabajar sin descanso", garantizó el jefe de filas popular para asegurar, al tiempo, que la austeridad será el "patrón permanente" de comportamiento de su Gobierno. "El 2 de marzo sólo me acercaré al Audi de Touriño, más caro que el de Obama, para ponerle el cartel de 'se vende'", aseveró y anunció que será el presidente que "presumirá" de viajar "en un Citroën" durante toda la legislatura.
"Y después iré a París a reunirme con los directivos de PSA Citroën para decirles dos cosas: que quiero hablar con ellos como usuario del coche y como presidente de Galicia", continuó consciente de la importancia que tiene en Vigo la situación del sector de la automoción.
Todo ello, respaldado por un equipo "unido" que exigirá al Ejecutivo central que cumpla con Galicia. "Le diremos al gobierno de Zapatero que se acabó la coña del AVE", aseguró y, tras comprometerse a "no mentir" sobre la fecha de su llegada, garantizó que "no consentirá" que la comunidad esté comunicada por alta comunidad "30 años más tarde que el resto de España".
Convencido de su victoria, aseguró que sus dos primeras llamadas irán dirigidas al líder socialista, Emilio Pérez Touriño, y al portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, para llamarles a trabajar "por una Galicia unida". "Pero antes del 2 de marzo tiene que llegar el 1 de marzo", recordó a los asistentes y pidió el apoyo masivo en las urnas para que su Gobierno sea "posible".
UNA GALICIA "PRÓSPERA"
Encargado de inaugurar el acto, el presidente del PP de Pontevedra, Rafael Louzán, erigió a la formación conservadora en el partido "da ilusión e da solución" y expresó su convicción de que "a gran marea popular" impulsará a Núñez Feijoo a la Presidencia de la Xunta el próximo 1 de marzo. "Queremos máis ca nunca unha maioría natural que derivará na maioría absoluta", proclamó.
Por su parte el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón apostó por reformar la ley electoral de forma que la norma "impida" gobernar a los partidos que "pierdan" las elecciones e imposibilite negociar "en los despachos" para gobernar con pactos que no han sido "refrendados" por los ciudadanos, como el que sellaron en 2005 PSdeG y BNG.
"Tuvieron una oportunidad aritmética hace cuatro años", recriminó el dirigente popular y resaltó que en política se puede hacer "cualquier cosa" menos "defraudar" a los ciudadanos, una actitud que atribuyó a socialistas y nacionalistas. "Juntos no han demostrado capacidad para gobernar Galicia", aseveró y denunció que, por separado, el BNG sólo garantiza "un salto al antepasado" y el PSOE, la crisis, que "primero negó y ante la que ahora se rinde".
"¿Quién quiere una Galicia apagada cuando lo mejor del ingenio de España está entre vosotros? ¿Por qué no vamos a tener un gobierno como los gallegos? ¿Por qué no vamos a tener un gobierno del PP?", se preguntó y pidió a todos los gallegos que el 1-M acudan a las urnas para darle a la comunidad la "ilusión" y "prosperidad" que "merece".
"CACIQUES"
La intervención más dura de los teloneros correspondió a la número dos por Pontevedra, Corina Porro, que censuró los "incumprimentos" y el presunto "caciquismo" del Gobierno bipartito. "Tienen más publicidad que nunca, más altos cargos que nunca. ¿Cómo se llama eso? ¡Caciques!", proclamó.
En su discurso no faltaron las críticas para las políticas impulsadas por el bipartito en materia de infraestructuras, cultura y sanidad, entre otras. Pero reservó fuerzas para denunciar las "imposiciones" de PSdeG y BNG. "Nos imponen como tenemos que pensar, lo que tenemos que decir y adónde tenemos que ir", hiló con respecto a la manifestación de Galicia Bilingüe y acusó a los socios de la Xunta de hacer una política lingüística propia "dun réxime totalitario".
Frente a ello, apostó por "pasar página" y reclamó el apoyo para Núñez Feijoo, el artífice de un Gobierno que trabajará "por una Galicia más libre".