EFE | El
presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, advirtió hoy de que no se podrá hablar de "un progreso real" en la
negociación del "brexit" hasta que el Reino Unido no presente una
propuesta factible para sustituir la salvaguardia irlandesa, algo que
aún no ha sucedido.
En un debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Juncker tildó de
"palpable" el riesgo de que la salida del Reino Unido se produzca el
próximo 31 de octubre sin un acuerdo, a pesar de que el Parlamento
británico ha aprobado legislación que obliga al Ejecutivo a solicitar a
Bruselas un retraso del "brexit" si no se ha llegado a un acuerdo el 19
de octubre. Juncker afirmó que cualquier acuerdo que pueda evitar
esa salida brusca debe contener la salvaguardia irlandesa que deplora el
Gobierno británico, la cual, recordó, asegura que no haya una frontera
dura en la isla de Irlanda, preserva el mercado único europeo y protege
la estrecha relación entre el norte y el sur de la isla.
"Yo le dije al primer ministro Johnson que no tenía ningún vínculo
emocional con la salvaguardia, pero que apoyo los objetivos para los que
está diseñada. Por eso le pedí al primer ministro que viniera con
propuestas operativas escritas que nos ayuden a alcanzar estos
objetivos", dijo el presidente del Ejecutivo comunitario.
Hasta que no se produzca esta propuesta, añadió Juncker, "no podré
deciros mirándoos a los ojos que se ha alcanzado ningún progreso real".
Tras almorzar el lunes con Juncker, el primer ministro británico, Boris
Johnson, aseguró que hay "varias ideas" sobre la mesa para permitir que
el Reino Unido al completo salga de la UE y al mismo tiempo cumplir con
los principios de la salvaguardia, pero Bruselas insiste en que estas
propuestas aún no se han presentado por escrito. "La
Comisión está preparada para trabajar día sí, día también, desde por la
mañana hasta por la noche para encontrar las soluciones políticas y
técnicas. No sé si llegaremos, nos queda poco tiempo. Lo que sí sé es
que tenemos que seguir intentándolo", dijo Juncker.
En el debate también intervino el jefe negociador europeo para el
"brexit", Michel Barnier, quien subrayó que asuntos como la frontera
irlandesa, así como los derechos de los ciudadanos o la factura del
divorcio, no "desaparecerán" del horizonte incluso si el Reino Unido
opta por una salida dura de la UE a finales de octubre. "Tendremos que resolver estos asuntos en cualquier caso antes de (negociar) una relación futura con el Reino Unido", advirtió.
Barnier pidió al Reino Unido "dejar de pretender que se está
negociando" y hacerlo de verdad, un reclamo al que se sumó Juncker,
quien dijo que las negociaciones deben pasar del nivel técnico en el que
se encuentran ahora a un rango más político. El
debate estuvo marcado por la bancada del partido del Brexit, la más
numerosa en el Parlamento Europeo con 29 escaños, que, liderada por el
eurófobo Nigel Farage, jaleó los comentarios de Juncker, Barnier y los
eurodiputados de grupos proeuropeístas que intervinieron.
"Esos de atrás son mis mejores amigos y mis fans, no os sorprendáis si
hay vítores", bromeó Juncker ante las interrupciones de este grupo.
"Es fantástico que Farage y su partido estén haciendo tanto ruido aquí,
porque en Westminster no pueden hacerlo", apostilló por su parte el
eurodiputado liberal Guy Verhofstadt, en referencia a la suspensión del
Parlamento solicitada por Johnson hasta el próximo 14 de octubre.
El presidente del grupo del Partido Popular Europeo en el Parlamento,
Manfred Weber, se refirió igualmente a esta suspensión y afeó a Johnson
que, mientras hace tres años los partidos pro "brexit" prometían que
Westminster "retomaría el control", ahora lo han cerrado.
"Si los partidos no pueden salir del bloqueo, lo mejor que podemos
hacer es devolverle a la gente la posibilidad de votar", apuntó Weber,
un comentario que despertó las protestas del banco de Farage.
Por su parte, la presidenta del grupo socialdemócrata en la Eurocámara,
Iratxe García, reclamó respeto para los europeos que están afrontando
la incertidumbre del "brexit" y afirmó que las fuerzas proeuropeas del
Parlamento "muestran su fuerte apoyo a una extensión para evitar un
catastrófico no acuerdo". "Si se necesita más tiempo
para unas elecciones u otro referéndum, pueden contar con nuestro apoyo
en este sentido", señaló García.
Cualquier potencial
extensión debe solicitarla el Gobierno británico y su concesión depende
de un acuerdo unánime de los Gobiernos de los Veintisiete.
También participaron en el debate muchos eurodiputados simpatizantes
del movimiento pro "brexit", que reclamaron a la Eurocámara que no se
inmiscuya en la política británica.