Desde hace algunos años observo con incredulidad y, a veces, con enfado los contenidos que nos ofrecen nuestros canales de televisión, donde a veces hay cosas que ver y a veces no. es un poco triste tener 30 o 40 canales y tener que apagar la tele o comprobar como se copian los unos a los otros descaradamente cuando no hay un cambio de programación en el último momento, lo que se denomina contraprogramación.

Por ejemplo, no entiendo esa manía de programar espacios de concursos musicales, series de producción propia o ajena y peliculas a las 22:30, cuando en realidad, comienzan con suerte 10 minutos más tarde de la hora anunciada en el mejor de los casos. y qué decir de la larga retahíla de anuncios televisivos que aparecen en el momento más emocionante y en el más inoportuno de la emisión, como diría Carlos Pumares, para fusilarlos al amanecer sin juicio previo. lo bueno es que te da tiempo de ducharte, lavar los platos y tomar una infusión antes de que vuelva a empezar.

Y efectivamente, con suerte te enteras en el autobús mañanero del día siguiente, por algún alma piadosa de como termino esa emisión tan interesante que estabas viendo y que maldeciste por no ser capaz de aguantar despierto hasta el final. ya que al tener que levantarte a las 7 de la mañana no estás para quedarte entre semana despierto hasta tan tarde, además tu cuerpo te recuerda que ya no tienes 20 años.

Decía el gran Groucho Marx (me confieso entusiasta marxista) que la televisión es muy educativa porque le hacía coger un libro e irse a otra habitación a leerlo. afortunadamente para el no tuvo que soportar la teletienda.

Así que sería bueno recordar a nuestros canales patrios a que hora programan nuestros vecinos europeos y que los espectadores no somos tontos. se habla mucho de conciliar horarios pero concerniente a contenidos televisivos no se ha avanzado mucho. aquí si te quieres enterar de todo tienes que estar hasta las 00:30 de la noche mínimo.

Habría que pedirles a todas nuestras cadenas más respeto a la inteligencia de los televidentes, más creatividad, más ética y fomentar más el espíritu crítico sobre todo con el telediario. y claro está, contrastar las informaciones.

Para terminar, creo que debería abrirse un debate sobre que inculcamos a la sociedad desde los medios de comunicación, especialmente a la juventud.

Chito