El Confidencial
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José Manuel López García
Cartas al Director
Territorio Comanche

La generación de la televisión

16-08-2015

Después  de la generación de directores que en los años ochenta sentó las bases de la industria cinematográfica norteamericana actual (Lucas, Coppola, Spielberg, Friedkin, Schrader, Scorsese), la generación de la televisión –denominada así porque los realizadores que pertenecen a ella se forjaron profesionalmente en ese medio, rodando capítulos de diversas series- también contribuyó, de forma importante, a revitalizar el cine que se hacía hasta entonces en Hollywood.         

En ese grupo de directores figuran profesionales tan solventes como SidneyLumet, SidneyPollack, Martin Ritt, Alan Pakula, John Frankenheimer, Robert Mulligan o Delbert Mann. Todos ellos, poseedores de una sólida filmografía, jugaron un papel decisivo dentro de la industria cinematográfica con sus aportaciones.         

Lumet, que se mantuvo en activo hasta hace bien poco, nos dejó como obra póstuma “Antes que el diablo sepa que has muerto”, un thiller duro y pesimista sobre la condición humana que ofrece lo mejor de su cine. Pero antes nos legó títulos imprescindibles como “Tarde de perros”, “Justicia para todos”, “Serpico”, “El príncipe de la ciudad”, “Distrito 84: corrupción total”, “Veredicto final” o “La noche cae sobre Manhattan”. Al Pacino fue el protagonista de algunas de sus principales películas.         

Pollack, que tuvo en Robert Redford a su actor fetiche, nos brindó auténticas joyas, entre ellas “Los tres días del cóndor”, “Tal como éramos”, “Las aventuras de Jeremías Johnson”, “Camino de la venganza”, “El jinete eléctrico”, “Yakuza”, “Memorias de África”, “Havana” o “La intérprete”.         Sólo por “Matar un ruiseñor”, Robert Mulligan ya merecería ocupar un lugar en la historia del cine. Pero este director es también autor de un western magistral –“La noche de los gigantes”- y de otros títulos muy estimables como “El otro” o “Verano del 42”.         

Martin Ritt, que al igual que sus colegas de generación, era un director de tendencias marcadamente progresistas, nos legó para la posteridad títulos como “Hombre”, “Cuatro confesiones” o “El largo y cálido verano”.         Delbert Mann con “Marty”, Alan Pakula con “Todos los hombres del presidente” o John Frankenheimer con “El hombre de Alcatraz”, “Plan diabólico”, “El tren” o “El mensajero del miedo” también contribuyeron a que la generación a la que pertenecen ocupe un lugar destacado en la historia del séptimo arte.

Ángel Varela


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