Un grupo de empresarios coruñeses se reunía en el hotel Atica de Matogrande para analizar el futuro del Depor. Están por la labor de hacerse cargo del Club si Lendoiro decide irse o el juez lo aparta. Lo que no quieren es enfrentarse al actual presidente, al que respetan aunque no compartan su gestión de los últimos años. Lo tienen complicado, Lendoiro quiere morir con las botas puestas y salvo exigencia legal no se va a marchar. Sabe que estando en el Club puede condicionar la actuación de los administradores y conocer los movimientos que se produzcan. Si abandona queda a merced de unos profesionales que solo entienden de números y leyes.