EFE | El
fiscal ha pedido desestimar los recursos de los condenados por la
agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) en
octubre de 2016 al subrayar que lo que allí ocurrió fue un "ataque
ideológico" contra agentes que "son fieles a España, al rey y al pueblo
español".
Ante una sala abarrotada de público, sobre todo de familiares de los
condenados, el Tribunal Supremo ha celebrado este miércoles la vista
pública para revisar las condenas de entre 2 y 13 años de cárcel que la
Audiencia Nacional impuso a los ocho jóvenes acusados, cuyas defensas
han solicitado su absolución. La Fiscalía siempre defendió durante el proceso que lo
ocurrido el 15 de octubre de 2016 cuando los dos guardias y sus parejas
fueron increpados en el bar Koxka de Alsasua, rodeados por un grupo de
unas 25 personas y atacados con "golpes, patadas y puñetazos" por los
acusados fue terrorismo.
Pero tanto la Sala de lo
Penal como la de Apelaciones de la Audiencia sentenciaron que no lo fue,
de manera que el fiscal no recurrió al Supremo y se limitó a impugnar
los recursos de las defensas. Iñaki Abad, Jokin
Unamuno, Ohian Arnanz, Jon Ander Cob, Julen Goicoechea, Aratz Urrizola,
Adur Ramírez y Ainara Urkijo fueron condenados por delitos de atentado a
agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas y
aplicó agravantes de abuso de superioridad y de odio al considerar
probado que actuaron por animadversión a la Guardia Civil y por motivos
ideológicos.
En una breve intervención, el fiscal
Álvaro Redondo ha asegurado que el ataque se produjo porque las víctimas
eran guardias civiles, por lo que puede existir discriminación
ideológica hacia ese cuerpo. "¿Cómo que no puede haber una razón ideológica para atacar a la Guardia Civil? ¿Cómo que no? Claro que sí", ha dicho el fiscal.
La Guardia Civil, ha señalado, "no es una asociación de amigos que se
reúne para comer un asado" sino que "es una institución del Estado que
asume los valores constitucionales y es fiel a España, al rey y al
pueblo español". Por tanto, ha continuado, "pueden
ser objeto de un ataque ideológico" como así figura en los hechos
probados que "muestran que el ataque se produjo porque las víctimas eran
guardias civiles".
El fiscal ha defendido también
las ruedas de reconocimiento que tanto han cuestionado las defensas
porque "cualquier error en la rueda se subsana en el plenario" y todos
ellos "fueron reconocidos, sin duda, en el juicio".
Igualmente, ha rebatido a las defensas que han cargado contra la
instructora Concepción Espejel, a quien trataron de recusar sin éxito
por estar casada con un guardia civil -el fiscal ha dicho que la Sala no
vio causa de recusación en el matrimonio entre un magistrado y un
perito- y por haber sido premiada por esta institución, a lo que el
fiscal ha respondido que "decir que la condecoración de la Guardia Civil
genera sesgo no tiene el más mínimo sentido".
Las
acusaciones populares también han impugnado los recursos. La Asociación
Unificada de Guardias Civiles se ha limitado a solicitar que se mantenga
las penas en una intervención que apenas ha pasado de un minuto,
mientras que el letrado de Covite se ha explayado más al manifestar que
las víctimas "fueron agredidas por lo que eran y lo que representaban"
con el fiscal asintiendo con la cabeza.
Por su parte,
los cinco letrados de las defensas han arremetido contra las condenas
que ven excesivas porque "las lesiones no fueron tan graves", más aún,
cuando todos han negado las agresiones y algunos han recordado que sus
defendidos ni siquiera se encontraban aquella noche en el bar, otros se
habían ido antes de que ocurrieran los hechos y dos de ellos afirman que
estaban durmiendo en casa. Es por ello que han
criticado que en la sentencia "todo es genérico, se habla de personas y
no de nombres" e, incluso, han señalado que el testigo fundamental para
las acusaciones "dijo que se había metido a gente en la cárcel que no
tenía que estar". Se han quejado especialmente de que
sus testigos, que descargaban a los acusados en el juicio, no fueron
tenidos en cuenta al desaparecer del contenido de la sentencia, lo que
demuestra que "se pasa olímpicamente de toda la prueba practicada por
las defensas".
Además, han hecho hincapié en que se
ha estigmatizado a los acusados como presuntos terroristas y han
cuestionado los informes de lesiones de los guardias civiles y
especialmente las ruedas de reconocimiento que se practicaron "con
personas sudamericanas, mulatas y árabes". La sentencia se conocerá en los próximos días.