EFE | A pesar de la negativa de Rusia a asumir algún tipo de
responsabilidad en el derribo del avión de Malaysia Airlines MH17 en el
este de Ucrania en 2014, los investigadores internacionales han
identificado a tres agentes rusos y un ucraniano supuestamente
implicados, que serán juzgados en Holanda en 2020.
El fiscal jefe
holandés, Fred Westerbeke, se mostró convencido este miércoles de "tener
las pruebas que confirman que Rusia está implicada en ese delito, de
una manera u otra", y recordó que, solo un día después del derribo,
"podría haber dicho exactamente qué ha ocurrido porque lo sabía con
seguridad, pues se utilizó un sistema de misiles de una brigada rusa",
pero prefirió "no cooperar".
En una rueda de prensa abarrotada por
la prensa internacional, investigadores, fiscales y policías
confirmaron, en la ciudad holandesa de Nieuwegein, la identidad de los
cuatro primeros sospechosos que serán llevados, aunque sea en rebeldía,
ante el tribunal de alta seguridad de Schiphol, el único con espacio y
control suficiente para alojar un juicio de estas dimensiones.
Los
tres sospechosos de nacionalidad rusa (Igor Guirkin, Serguéi Dubinski y
Oleg Pulatov), junto al ciudadano ucraniano Leonid Kharchenko, estaban
en la zona controlada por milicias separatistas prorrusas al este de
Ucrania donde se instaló el sistema de misiles Buk del que salió el
misil tierra-aire disparado contra el vuelo.
El proceso penal por
"asesinato" comenzará el 9 de marzo de 2020 y, según Westerbeke, hay que
"ser realista" y asumir que Rusia no cooperará con las autoridades
judiciales, aunque sí pedirán a Moscú que interrogue a los cuatro
sospechosos -se cree que tres están en territorio ruso- como gesto de
asistencia legal.
No se solicitará la entrega de los sospechosos
"porque la Constitución de ambos países prohíbe la extradición de sus
nacionales", añadió el fiscal holandés. Ucrania sí buscará a su
ciudadano presuntamente involucrado. "Vamos a intentar detener a esta
persona, haremos todo lo que podamos y, si lo logramos, nos
coordinaremos con la justicia holandesa y, como contemplan nuestros
acuerdos bilaterales, aplicaremos la sentencia judicial a esta persona",
prometió el fiscal general ucraniano, Yuri Lutsenko.
Tras emitir
una orden de detención internacional contra los cuatro, Westerbeke les
instó a entregarse a la justicia para "dar su versión" del derribo del
aparato, que provocó la muerte de 298 personas, en su mayoría
holandeses. Los investigadores subrayan que ninguno de los
identificados dio la primera o la última orden de disparar contra el
avión de pasajeros que había partido de Ámsterdam el 17 de julio de
2014, pero sí "estaban en la zona y jugaban un rol crucial en el
conflicto armado, tomando importantes decisiones", según el jefe de la
Policía, Wilbert Paulissen.
La investigación no termina con el
inicio del juicio y el Equipo de Investigación Conjunta (JIT, en sus
siglas en inglés), formado por un centenar de expertos de los cinco
países afectados (Holanda, Australia, Ucrania, Malasia y Bélgica), se
centrará en "aclarar la cadena de responsabilidades" para buscar a las
personas involucradas en el proceso de toma de decisiones del derribo
del MH17.
El ucraniano dirigía un batallón de insurgentes en la
zona donde estaba instalado el Buk y su posición fue esencial para el
transporte de este sistema. Los otros tres sospechosos ocupaban
cargos de relevancia en el territorio de la autoproclamada República
Popular de Donetsk: Dubinski era el jefe del servicio de inteligencia de
los rebeldes prorrusos, Pulatov era su segundo y Guirkin actuaba de
"ministro de Defensa" de los separatistas.
Westerbeke, también
coordinador del JIT, cree que la tripulación que controlaba el Buk era
"probablemente de Rusia", lo que se desprende de las conversaciones
telefónicas intervenidas poco después de que el MH17 fuera derribado, y
calificó la falta de cooperación de Moscú como "una bofetada en la cara
de todos los allegados".
El abogado Veeru Mewa, que asiste a
familiares de 102 pasajeros, dijo que un juicio por lo ocurrido es un
"gran alivio" para sus clientes, aunque reconoció el pesimismo que había
porque "pensaban que el JIT no encontraría las pruebas suficientes como
para iniciar un proceso judicial".
Poco antes de confirmarse la
identidad de los sospechosos, el portal de investigación Bellingcat, que
ha analizado 150.000 conversaciones telefónicas entregadas por los
servicios de seguridad de Ucrania, ha publicado un informe en el que
identifican, con nombres, apellidos y fotografías, a ocho agentes rusos e
insurgentes ucranianos involucrados en esa tragedia.
En mayo del
año pasado, Holanda y Australia responsabilizaron oficialmente a Rusia
de estar detrás del derribo y le pidieron cooperar con las
investigaciones, solicitud rechazada por Moscú, que niega la fiabilidad
del JIT.