EFE | La
ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha defendido hoy
la necesidad de avanzar en el reconocimiento del acceso a la sociedad
digital como un derecho, reflexionando sobre cómo regularlo y cómo
sacarle el máximo partido posible.
Calviño ha apuntado, durante la presentación del libro blanco "Sociedad
digital y derecho", que se puede debatir sobre si es necesaria la
inclusión de este derecho en el Título 1 de la Constitución o si sería
suficiente con desarrollarlo a través de una ley orgánica, pero "lo que
es indudable es que es un derecho".
Junto a todas las ventajas que conlleva la sociedad
digital, en opinión de la ministra es necesario reflexionar sobre qué
principios éticos han de imperar, empezando por garantizar que los
ciudadanos están bien informados y tienen capacidad crítica y de filtrar
información. "Hoy internet es la principal
herramienta para compartir ideas y conocimientos", según Calviño, quien
sostiene que la transformación digital es "una realidad incuestionable e
inevitable", sobre la que "quizá" aún se puede elegir cómo participar,
contribuyendo a diseñar los principios éticos que imperan en ella.
A su juicio, la base de estos principios ha de pasar por garantizar que
la transformación digital no incremente la brecha social y la
discriminación, sino que llega a todos los ciudadanos, apostando por la
vertebración territorial. Igualmente, ve fundamental
desarrollar una nueva gobernanza global en la que los ciudadanos vuelvan
a ser el eje central del desarrollo y la democracia pueda
"profundizarse", un proceso en el que España puede tener "un papel de
liderazgo".
Durante la presentación, Tomás de la
Quadra Salcedo, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad
Carlos III de Madrid, ha coincidido con la ministra en que uno de los
riesgos del desarrollo de la sociedad digital es que "un exceso de
información puede hacer imposible el debate", y que éste termine siendo
dominado por lo más sentimental y emocional.
"Las
redes se han convertido en una especie de ágora pública" que, en su
opinión, "a veces contribuye a la desinformación y a la segmentación",
de forma que "se están creando islas en función de los perfiles o los
datos de que se dispongan de los ciudadanos".