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Conchi Basilio
José Manuel López García
A mi manera

El placer de las pequeñas cosas

12-06-2018

En la vida muchas veces tenemos grandes aspiraciones que pueden llegar a cumplirse o pueden quedar inconclusas. En un caso u otro, el problema está en el objetivo a seguir, ya que en algunos casos intentamos satisfacer nuestro ego con deseos innecesarios que suelen generar más problemas que satisfacciones.

En el supuesto de que se cumplan nuestras altas metas, uno se puede enfrentar a dos problemas; por una parte, el entorno personal y, por otra, ser capaces de mantener el estatus económico o social obtenido.

En lo que al entorno social se refiere, podemos hacer referencia a las rémoras – de las cuales en más de una ocasión ya he citado –. Con el éxito, uno se enfrenta a aduladores y alimañas que tratan de obtener un beneficio; tenga especial cautela. Ciertamente, a estos personajes Aristóteles los definió de forma magistral, tildándolos de mercenarios y hombres de bajo espíritu, puesto que únicamente se acercan a quien les puede dar de mamar a cambio de cuatro palabras que seducen a la res más productora y a la vez más ingenua.

Por lo tanto, si usted se permite embaucar por ellos,  gentes en cuya faz se aprecian rasgos de ratas usureras, en cierto modo está rebajándose a su miseria.

Atendiendo al entorno económico, usted habrá de saber mantenerlo, tanto si tiene rémoras adscritas a su corte como sino las tiene. Para este caso lo mejor es seguir los humildes consejos del maestro Buffett.

En primer lugar, acerca de los ingresos e inversiones, usted ha de tener en mente que no ha de depender de una única fuente de ingresos. Utilice la inversión en temas coherentes que le permitan generar una segunda fuente. Añadir, como consejo personal, que si usted no goza de habilidad para las inversiones, o está rodeado de familiares o managers con menor o igual preparación que usted, no tome iniciativa; por favor manténganse quieto, sino les sucederá como a toreros, futbolistas o periodistas conocidos hipnotizados por timadores.

Para este supuesto, siga al pie de la letra las palabras del maestro Buffett y no compruebe la profundidad del río con ambos pies.

En segundo lugar, con respecto a los gastos, ha de pensar que si compra cosas que no necesita, pronto tendrá que vender cosas que sí necesita. Por consiguiente, ahorre. Eso sí, no ahorre lo que queda después de los gastos, gaste lo que queda después de ahorrar.

En lo que respecta al estatus social, nunca cese en la actividad que le ha permitido conseguirla, salvo que usted haya creado una patente o una app que haya vendido y que posteriormente se haya desplomado; en ese caso, disfrute de la suerte que ha tenido.

Como puede ver, estas son algunas de las incontables cautelas que ha de tener en caso de conseguir éxito. Una vez leídas estas recomendaciones, piense si ha merecido la pena el éxito, y si puede disfrutar de los pequeños placeres de los que disfrutaba mientras estaba empezando a conseguirlo; fíjese si el entorno que lo apoyaba o lo apreciaba sigue siendo el mismo y si aún puede disfrutar de los pequeños placeres que antes lo hacían feliz.

Seguramente, si su ego no se lo permite, es  que usted está fuera de la realidad.

A mi modo de ver, el desarrollo de las personas consta de tres estratos: extraorbital, limbo y realidad.

Quienes viven en la realidad, no requieren de todo aquello superfluo que el éxito comporta. Tal vez no tengan glamur o riquezas, pero le aseguro que saben disfrutar de una buena conversación con su familia, de compartir pequeños sueños con su pareja o, simplemente, pueden disfrutar cada día que pasa en su pequeño mundo – no perfecto para todos, pero si para ellos, aunque a veces no lo sea del todo –.

Quienes viven en el limbo, tienen la posibilidad de salvarse, siempre y cuando no continúen rodeándose de mercenarios sentimentales ni de placeres terrenales innecesarios. Puesto que para mi es un placer el tratar con la realidad, y cada día me gustan más las personas que vivimos dentro de ella. Le pido un favor,  si ve que empieza a perder contacto con la realidad, valore sus actuaciones, ya que podrá conseguirlo todo en su vida terrenal, pero solo eso, en la vida terrenal.

Si usted ya no sabe apreciar lo que supone la realidad, los pequeños placeres de la vida o los bellos momentos con la gente que le quiere, podría decirse que usted está perdido, pero aún así, tendrá la posibilidad de bajar al limbo cuando la realidad le golpee. En ese caso, usted podrá salvarse, pero lo más probable es que quienes viven en la realidad ya no quieran tratar con usted.
 
Personalmente, por mi vida laboral, he conocido gente que lo ha tenido todo y al final disfruta de los pequeños placeres que tenían cuando no tenían nada. Muchos de ellos viven en la realidad y son queridos, pero a muchos otros ya no los quieren ni sus propios hijos.

Por lo tanto, lo mejor es encontrar el placer en las pequeñas cosas. Y sobre todo disfrutar de las personas que uno quiere.

Para terminar,parafraseando a  Plutarco cuando dijo: “los cazadores atrapan las liebres con los perros; muchos hombres atrapan a los ignorantes con la adulación”, si usted ha podido triunfar, no peque de ignorante una vez obtenido el éxito; disfrute del inmenso placer de vivir con aquellas pocas personas que lo aprecian de verdad.
 

Manuel Freire-Garabal y Núñez


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